La sexualidad de Platón
Platón contaba una historia en forma de chiste a sus alumnos, e incluso publicó una versión en su libro "El Banquete". Según él, en una época existían seres extraños que tenían cuatro brazos, cuatro piernas, dos cabezas, cuarenta uñas, dos ombligos y cuatro tetillas. Eran como personas, pero duplicadas.
En cuanto a la sexualidad, había tres grupos: los "pene-pene", que adoraban al Sol; los "vagina-vagina", que veneraban a la Tierra; y los "pene-vagina", que eran amantes de la Luna. Un día, Zeus se dio cuenta de que podría tener el doble de seguidores si los partía a todos en dos. En ese instante nos convertimos en seres humanos y vivimos buscando a nuestra otra mitad.
Lo curioso es que esta tonta broma griega se convirtió en casi una norma social moderna. Algunos románticos hablan de "alma gemela", de cónyuge (que significa 'unido') o de un complemento. La semana pasada aprendí que en la lengua popular polaca o italiana se dice "media manzana", mientras yo creía que era universal la expresión "media naranja".
—Qué raro comparar el romance con una fruta— pensé. —No tanto, si se dejan dos medias manzanas o naranjas en una mesa, para la tarde ya están secas, o podridas— me respondí.