La herencia al piso

En una reunión familiar a mi hermana se le ocurrió dar la máxima: “la herencia es la peor inversión que se puede realizar en la vida”. El resto de los hermanos no sabíamos cómo hacerle callar, comenzamos a contar chistes para divertir a nuestros padres y a hablar de cualquier tontería para pasar el tema.

Me acordé de esa idea de los socialistas franceses, que ningún ciudadano debería recibir herencia y de esa forma todas las personas empezarían sus vidas en condiciones iguales. La idea no prosperó y poco o nada se habla del tema ahora. Igual, heredar en Francia es un dolor de cabeza ya que el estado se queda con prácticamente la mitad forzando a los ciudadanos a hacer mil maniobras legales para planificar sus muertes.

Ahora comienzo a creer que tiene razón; muerta la persona se mueren sus tristezas y alegrías. De nada sirve dejar cuentas de banco, departamentos y terrenos para alborotar las inestables relaciones fraternales. Capaz la herencia de verdad está en las anécdotas, las frases, las sonrisas y los valores.

— Aunque si dejan unos pesos nunca está demás — dijo mi hermana antes de despedirse.